sábado, 6 de marzo de 2010

En busca de lo perfecto

Algún día tienes que decírselo, no creo que quieras quedarte con la duda hasta que seas viejo, ¿o sí?

Tenía 12 años cuando quizá empecé a entender por qué a veces muchas personas lloraban o reían por causa de aquel sentimiento rebelde y atrevido llamado amor.

No sé en qué momento pasó, ni por qué pasó, pero durante 3 años de mi secundaria viví perdidamente enamorado de quien en su momento fue mi mejor amiga.

Todos, absolutamente todos, lo sabían, amigos, compañeros, profesores, hasta la directora, pero por alguna extraña razón ella nunca lo supo, nadie se lo dijo. Aunque me molestaban a diario, ingenuamente ella siempre pensó que era broma, pues yo nunca se lo hice notar y no quise hacerlo.

Mis amigos me ayudaban, de alguna manera “me hacían el bajo” con ella. Infinitas veces me hice pasar por su admirador secreto y le mandaba cartas, rosas, cualquier cosa, algunos detalles donde expresaba lo que sentía por ella. Y seguía la misma ironía, todos sabían quién era el admirador, menos ella.

Día tras día era cuestionado por todos, intentaban animarme a que actúe de una vez, sin miedo a nada y le diga cuáles eran mis verdaderos sentimientos hacia ella, pero siempre huía.

Un día nuestro tutor nos encomendó un trabajo sobre algunas ideas innovadoras para concientizar a la gente y empezar a reciclar. Gutiérrez y Mendoza, ustedes trabajarán juntos. Ella y yo, yo y ella, ambos juntos en este proyecto. Compartiríamos momentos que quizá no vaya olvidar jamás. Gracias profe.

- Martín no desaproveches esta oportunidad, mira vas 3 años cagándote por ella, has ocultado tu identidad regalo tras regalo, pero huevón ¿no crees que ya es hora? Te lo he dicho desde primero de secundaria, algún día tienes que decírselo, no creo que quieras esperar hasta que seas viejo, ¿o sí?

- Lo sé, lo sé. Pero ella es mi amiga, una de mis mejores amigas. Imagínate decirle que la amo y no ser correspondido, eso acabaría con nuestra amistad, y para mí es muy valiosa.

- ¿Y si te dice que también te ama? El que no arriesga, no gana. Solo tú sabrás qué hacer. Suerte.

Durante horas estuve pensando en lo que Renato me había dicho, ¿estaría bien poner en riesgo nuestra amistad por mis sentimientos? Ella llegaría a mi casa en cualquier momento, debíamos terminar nuestro proyecto para presentarlo al día siguiente.

- ¡Hola! Sí que eres puntual ah…

- Jaja. Lo siento mi papá no llegaba y no tenía dinero para mi pasaje. ¿Empezamos?

Ambos en mi habitación compartiendo un grato momento pero con un solo tema de conversación, ¿qué es el reciclaje? Pero solo de mí dependía que hablemos de otras cosas, de temas que para mí resulten mucho más interesantes.

- ¿Qué te parece si ponemos el símbolo del reciclaje acá? ¿Te gusta?

- Sí, me gustas…

- ¡¿Qué?!

Y se lo dije, no de la forma que esperaba pero mi inconsciente me hizo reaccionar de tal manera. No podía echarme para atrás. Ya había comenzado y todo estaba en mis manos.

- Mira Silvia…

- ¿De qué estás hablando?

- Escucha…voy 3 años de mi vida ocultándote algo que no creí fuese una obligación contarte, sin embargo tengo la necesidad de decírtelo. Silvia, yo siento por ti algo más que una simple amistad…

- Claro, te considero mi mejor amigo…

- Pero es algo más que eso, Silvia estoy perdidamente enamorado de ti. Estoy seguro que daría todo, absolutamente todo por ti y por eso quiero saber si... ¿quieres ser mi enamorada?

- Este… - luego de 10 segundos respondió - mira, ya me tengo que ir… ¿te parece si luego te digo? No te preocupes por el trabajo, yo lo termino, cuídate.

Y se fue, sin decir más. Y con ella, se fueron las ganas de seguir en este mundo. Mi gran incógnita, había sido resuelta, mi amistad se fue a la mierda.

Al día siguiente, su indiferencia era evidente. No cruzaba miradas conmigo, cambiaba constantemente de lugar, evitaba mi presencia, y dolía, dolía mucho. Estaba perdiendo a mi mejor amiga y a la persona que durante todo este tiempo había amado.

Arranqué una hoja de mi cuaderno y escribí: “Alguna vez me dijeron que no camine antes gatear, pero sabes…llevo 3 años gateando y quise dar el primer paso, pero caí y ahora quiero levantarme. Por favor olvida lo que pasó ayer y vuelve a ser tú, no me ignores más.”

Tuvieron que pasar más de 5 meses para que Silvia me dirija nuevamente la palabra. Volvimos a ser buenos amigos y a confiar uno en el otro, obviamente sin mencionar aquel pasado que por poco acaba con nuestra amistad.

- Oye, supe que desististe en preguntarle la respuesta a Silvia.

- Sí, la verdad creo que fue lo mejor. Oye, pero tú que eres su amiga más cercana, ¿nunca te dijo algo?

- Pues…su respuesta iba ser un sí, sería tu enamorada…


Arriesgué y perdí, no su amistad pero sí la oportunidad de compartir muchos momentos más junto a ella. Caminar de la mano, darle un beso apasionado y gritar a los cuatro vientos que la amo; sería como estar en el lugar perfecto, en el momento perfecto y con la mujer perfecta, pero lo perfecto no existe, no para mí.

EB

3 comentarios:

  1. La vida está llena de situaciones en las que debemos decidir si arriesgar o no. Para la mayoría de los mortales arriesgar casi siempre significa perder. Y aunque perder nos duele en el alma (y en el ego), el mejor consuelo es despertarte cada mañana sin aquellas tres palabras que cuando están resuenan en la conciencia y atormentan: ¿Qué hubiera pasado?.
    Igual y no siempre se gana, pero se aprende.
    Eres lo máximo baby :)

    ResponderEliminar
  2. hay milo milo, trato de imaginarm de kien se trata.. muuuy buena historia brother.. y cuando escribes la mia?.. jaja Fio

    ResponderEliminar
  3. como siempre buenísima!!...y eso de q el q no arriesga no gana!...casi siempre nos da la sensación d q todo esta perdido!...pero la vida sigue!!

    ResponderEliminar