domingo, 10 de abril de 2011

El adiós no es eterno II

Segunda parte: Daniela me envió una carta, y recién hoy tengo el coraje para responderle.

Caminaba sin razón tambaleando en las paredes de mi cuarto. Necesitaba saber de ella, sin embargo algo me detenía, y en mi interior sabía lo que era. Arranque una hoja de mi cuaderno y empecé a escribir.

Daniela, mi pequeña Daniela. Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos comunicamos. Las cosas me han estado yendo mal, he perdido muchas cosas, mi trabajo, mi dinero, mi familia, mis amigos. Todo ha sido muy complejo y confuso, e intento batallar día a día para mantener la sonrisa que muchas veces tuve gracias a ti.

Sé que sabes dónde estoy, sé que me acompañas en cada momento y cada que extiendo mi mano, te siento, claro que te siento.

Creo que quedaron muchos asuntos pendientes entre nosotros, vivimos una historia con varios capítulos que nunca terminamos, o quizá no quisimos terminarlos. Pero tú fuiste muy lejos, te salteaste gran parte de nuestra vida y decidiste llegar a la última página del libro, y no lo consultaste.

Nunca me enamoré, aunque todos decían que mi novia y yo éramos la pareja ideal, que habíamos nacido el uno para el otro; yo jamás lo sentí de esa manera. Éramos felices, sí, pero quizá mi decisión de firmar el contrato llamado matrimonio fue prematura.

Recuerdo el día que te conté sobre mi boda, y recuerdo aún más el puñete que me lanzaste y te fuiste sin decirme más. Desde aquel día nos distanciamos, perdimos contacto por más que inundaba tu casilla de voz con mis mensajes desesperados.

Y al poco tiempo desapareciste. Me sentía perdido sin ti, perdido en un mundo donde tú eras mi única guía, mi gran punto de partida.

Es hoy cuando me pregunto por qué no sobrepasamos el límite de nuestra amistad. ¿Muy tarde verdad? Lo siento, fue mi culpa. Siempre tuve miedo de que al lanzarnos a tal aventura termine por arruinar todo lo que habíamos construido juntos.

Todo esto es muy difícil. Te extraño Daniela. Te extraño mucho.

Han pasado nueve meses desde tu muerte. Nueve meses desde que recibí tu primera y última carta. Nueve meses desde que fumé mi último cigarrillo, el que tú me dejaste. Nueve meses desde que decidiste saltar de tu balcón. Nueve meses desde que mi vida se convirtió en una tremenda miseria. Han pasado nueve meses, y recién hoy tengo el coraje necesario para escribirte y decirte lo que siento.

Suelo leer tu carta todos los días, y al terminar, salgo a la calle a seguir con mi imaginaria búsqueda. Sigo el camino que me dejaste, el rumbo que marcaste en mí y que estoy seguro me conducirá a la atmósfera que desde siempre habías creado para nosotros.

Pero ya caminé mucho, recorrí muchas calles pronunciando tu nombre, y por fin hoy comprendí que jamás te encontraré aquí, en este pavimento que nos juntó desde un inicio. Es momento de irme a un nuevo horizonte. Seguiré tus pasos y no pararé hasta hallarte.

Espérame, hoy termino este capítulo y empiezo el siguiente, uno que se titule: El adiós no es eterno. Lo haré por ti, por nosotros. Lo haré porque te quiero flaquita, te quiero.

“Si verte fuera la muerte y no verte fuera la vida, preferiría la muerte que la vida sin verte”

8 comentarios:

  1. Un final de lujo. Muy buena, loco :).

    Jhonnattan Arriola

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  2. manya comentaste antes de que lo haga público xD
    gracias =)

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  3. q linda historia!!....se me cayeron unas cuantas lagrimas =(...abuuu
    una vez mas Emilio, FELICITACIONES!!....

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  4. gracias en verdadd, me alegra mucho mucho que te haya gustado mi historia. síguenos leyéndonos =)

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  5. Interesante historia, senti mucho sentimiento.

    Un saludo.

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  6. hola! muchas gracias por tu comentario, espero que sigas leyendo nuestro blog y que nuestras historias sean de tu agrado

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  7. Q versatil puedes ser Emilio, en esta se me salió un lagrimón.

    Lo peor es qedarte con lo q tienes dentro i nunca decirselo a la persona q t gusta, quieres o amas.

    Triste historia

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  8. a mí se me cayeron varias cuando la escribí... pero pasa pasa...

    Gracias por tu comentario =)

    EB

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