lunes, 29 de agosto de 2011
No le gustas :(
Sin cine y sin beso
Hace ocho años tuve mi primera cita oficial, a los 13.Todo el semestre de colegio, suspiraba de amor por Natalia y después de millones de intentos, logré que aceptara salir conmigo. Una semana intensa de sacrificios y de ahorrar pasajes para poder juntar el dinero necesario para la salida. Debía impresionar a mi chica. Yo asumiría todos los gastos. Recuerdo que para esa ocasión, vestí mis mejores galas e incluso, mi madre me peinó por última vez. Debía lucir como un artista de cine. Sin embargo, me llevé una gran decepción cuando Natalia me abrió la puerta, casi en piyama.
- Lo siento, Diego, se me hizo tarde para arreglarme. Pero no importa. Tu eres uno de mis mejores amigos, no me da roche que me veas así. ¡Veamos una película en mi sala! Será divertido. Hacemos canchita.
Obviamente mi corazón se rompió en un millón de pedazos y oficialmente, me dio la garroterra. En ese momento me di cuenta de algo muy cierto. A Natalia nunca le interesé más de la cuenta. No le gustaba como ella a mí. Una chica enamorada o que le simpatiza un chico, jamás lo recibe con lo primero que encuentra de vestimenta. Siempre tengamos presente esto. Cuando tengamos una cita, recojamos a la protagonista y ella salga despampanante, deslumbrante, es que vamos por buen camino. Un puntito a nuestro favor. Pero lastimosamente, no fue así para mí en esa ocasión. Me quedé sin cine y sin beso.
El Messenger engañoso
A los 15 años, me volví un galán cibernético. El verdadero hombre de emoticones. Tenía miles y para toda clase de momentos. Y es así, en esas circunstancias, que conocí a Teresita. Nos vimos por primera vez en un quinceañero, bueno, en realidad no hablamos ese día, pero le pedí a una amiga su correo y me dispuse a agregarla y abordarla con yodo, como diría mi buena amiga Andrea Sato.
En un principio todo era felicidad. Hablábamos hasta altas horas de la noche. Compartíamos experiencias y canciones. Siempre le preguntaba de su vida, quería conocer cada detalle de su ser. Hasta que una noche, ella comenzó a hablar de su ex enamorado, y yo, como un bobo, le seguí el tema hasta las dos de la mañana. Pensaba que la confianza que había depositado en mí en tan poco tiempo, indicaba un romance que se aproximaba como un tornado de corazones. Es así que aproveché el feeling del momento y la invité a salir. Esa fue la primera vez que me dijo que no.
Teresa nunca aceptaba salir conmigo y eso me parecía muy extraño. Siempre nos escribíamos, pero en verdad, su interés hacia mí no era como hubiese querido. Una noche me puso las cosas en claro. “Te veo como un amigo y no me gustaría que te ilusiones conmigo. Aún pienso en mi ex”.
Cuando uno conoce a una chica y empiezan una relación amical cibernética, hay un factor muy interesante. Si la fémina no quiere romper la muralla de la distancia, la frialdad de las teclas y caritas felices, es porque sinceramente, solo desea divertirse mediante ese medio de comunicación y no sueña con la posibilidad de que sea uno su príncipe azul. Triste y gris realidad.
Pensé que era un galán
Hace tres meses, a mis veintiún años, de verdad creía que me las sabía todas. Después de haberme ganado un par de diplomas por imbécil en el amor, sentía que conocía más a las mujeres y que ya no tendría más desplantes, que sabría mover cada ficha con mucha precisión. Pero lastimosamente, me equivoqué.
Una mañana del mes de Mayo, apareció una princesa, pura luz, pura vida, como diría el gran Daniel F. Karina es su nombre, y sus ojos celestes, una delicia. En fin, lo que sucedió fue que habíamos estado saliendo por más de un mes. Juro por Dios que pensaba que lo había logrado todo. Mensajitos a diario por celular, miles de post en nuestros muros de Facebook. Me sentía en la cima. Sin embargo, no contaba con su astucia.
Como todo hombre necio, ciego y enamorado, no me di cuenta de que sus constantes preguntas por el estado emocional, sentimental y físico de mi buen amigo, Miguel, tendrían mayor significado. La muy… amable mujer, se moría por mi compañero de carpeta y no sabía cómo llegar a él. Y no vio mejor técnica que recurrir a ganarse al mejor amigo. ¿Qué linda no? Le deseo lo mejor, de verdad. Qué sarcástico puedo ser. De corazón, espero que le caiga el planeta Saturno en la cabeza.
De vuelta con Carlitos
Después de que Carlitos escuchara muy atento mis anécdotas, no pudo evitar soltar una pequeña risa burlona.
- Pensé que nadie había pasado por algo peor que yo.
- Que te declares y te digan que no, no es nada del otro mundo, mi estimado. Siempre hay un roto para un descocido, como dice el dicho. Lo importante es no desesperarse. En el momento en que menos lo esperes, llega esa doncella. Quizá has tenido una pequeña decepción amorosa, pero eso no es nada. Vendrán muchas más y no debes preocuparte. De eso se trata la vida, de aprender de cada situación y ser mejores, le dije, con mucho cariño y amabilidad en mi tono de voz.
Carlitos volvió a sonreír. Me abrazó con ternura y antes de salir de mi habitación para comer la rica torta de chocolate que mi madre había preparado, me expresó con la mirada que ya se sentía mejor.
Me sentí muy feliz. Había logrado mi cometido.
Jhonnattan Arriola
viernes, 19 de agosto de 2011
En un parque de mentiras
Caminaba entre la 27 y la 26 de Salaverry, buscando un teléfono público inexistente a mis ojos, crucé la calle, había un grupo de chicos que demostraban su arte callejero por un poco de dinero. Caminé rápido porque faltaban 5 segundos para cambiar el color rojo y me acerqué a un chico no tan alto, cabello largo ondulado, malabarista.
-Hola, disculpa. ¿Sabes dónde hay un teléfono público por aquí?
Me tocó el hombro, me sonrió y sus ojos verdes almendrados brillaban en los míos mientras yo sonreía.
-Mira, llegas a la esquina, al cruzar hay una tienda de rejas negras y ahí hay un teléfono.
- Gracias - le dije antes de partir.
Me quedé pensando: Qué lindo chico, qué arriesgada es su vida, tan poco necesita para vivir. Llamé a Isabela, no sabía dónde recogerla, así que quedamos en
encontrarnos en el grifo.
Regresé por el mismo camino, el frío era espantoso. Prendí un cigarrillo y seguí avanzando.
-Yo te dije dónde era el teléfono, ¿me regalas un pucho? – me dijo de repente.
-¿Me lo estas cobrando? Jajá, toma… ¿Me dices la hora? – le dije sorprendida y sonriente.
-Cinco y quince, señorita.
-Gracias.
Seguí con mi camino, hace tanto no coqueteaba con un hombre que me gustara tanto, que me hiciera perder el control de la situación.
-Le hago algún malabar y me dice su nombre – me dijo mientras se acercaba a mí
-Qué lindo, soy Fiorenza y tú.
- Gabriel.
Caminé menos de diez pasos, mi amiga cruzaba la pista y me hacía una señal con la mano, la esperé en la esquina con Gabriel. Se demoraba en cruzar y sin vergüenza volteé a mirarlo.
-¿Dónde vives?, me pregunté de repente.
-San Borja ¿y tú?
-En el mundo, donde sea feliz.
Mi amiga llegó y me abrazó.
-¿De dónde se conocen?
ÉL: De la calle
ELLA: Jajá, ya dímelo Fio
-Enserio, recién lo conozco
ELLA: Vamos a caminar, ¿Quieres venir Gabriel?
ÉL: Claro
ELLA: Chicos, ahora vuelvo mi hermana está afuera de mi pre esperándome, no me demoro, expresó Isabela después de varios minutos de andar caminando.
- No te demores.
ÉL: No te comeré.
Me senté junto a él, en la misma banca para presumir que no era nervios lo que tenía.
-Discúlpame pero seré sincero, eres linda y bastante.
-No sé qué decir, no me hables con tanta seguridad, por favor.
- ¿Estás nerviosa, no? Aún estás un poco roja
-Por favor, que seas lindo no significa que me provoques tantas cosas.
-Tranquila, te explico y ojalá me entiendas. No soy de Perú, soy chileno. Como te darás cuenta mi vida no es estable , nada es estable en mí, no tengo dinero, ni una casa, ni ropa, y a veces no sé dónde dormiré por eso es obvio que no puedo ofrecerte nada serio , tampoco quiero que me veas como un tipo que quiere algo libre, que te quiere solo en su cama y solo quiere tu cuerpo ,contigo no quiero nada que tú no quieras ,te digo lo que te digo porque el tiempo para mí es valioso , no sé si mañana esté acá de nuevo contigo y menos aún sé si vuelvas a venir y volvamos a hablar, si de nuevo estaremos solos , en verdad no sé nada de la vida.
-¿Me estas jodiendo? Mira Gabriel, si quieres un polvo conmigo no necesitas cursilerías. Se directo porque con palabreos y mentiras no llegas a nada.
Se quedó callado, me miró y caminó algunos pasos.
-¿Me respondes?
-¡Por la madre mía! ¿Tú no me crees nada, no? Está bien, no me creas y no tienes porqué.
-Igual yo también quiero algo contigo, lo que sea pero quiero algo contigo y no importa si no dura o dura mucho.
-¿Hablas enserio?
-Muy enserio Gabriel, es probable que no te vea y no quiero dejarte ir ahora.
Lo miré y no resistí besarlo, lo cogí del rostro y comencé a probar sus labios al inicio era suave muy suave, pero me cogió el culo y nos besamos más rápido, fuerte. Sentí miedo, lo solté, lo empujé y salí corriendo de ese parque. Así estaba, corriendo como loca sin importarme Isabela, el ridículo, Gabriel, el polvo, ni nada, me dio miedo-hay el miedo- esa palabrita que todos conocemos, esa que te hace frenar o en mi caso largarte en pleno beso por la nada misma del cosquilleo del cuerpo.
No puedo mentir, corrí hasta transpirar en pleno invierno limeño y llegué a un paradero. Me subí a cualquier micro, todos me llevan a Javier prado. Quise tranquilizarme y me senté al lado de la ventana, ¿qué había pasado? ¿Por qué? ¿Quién era? Ya estaba muriendo de ilusión, fue rápido, corto, intenso, hermoso. Suspiraba en la ventana y ya no podía sacar la imagen, la sensación de su beso y las palabras que me dijo.
El celular me sonaba, no podía responder aunque fuese Isabela , que explicación le daría “salí corriendo de miedo , de pasión , de amor” ( no sé por qué salí corriendo) y así con mil preguntas en la mente , con la cobardía de la huida traté de poner mi mente en blanco mirando a la gente, los carros ,las tiendas y todo lo que estuviese ante mis ojos y así con mis esfuerzos de olvido el tiempo se hizo pasajero. Siendo sincera, no comí nada, no bebí nada hasta la mañana siguiente que llamé a Isabela para pedirle por favor que me encontrara en el parque cerca a Salaverry.
Ya eran las cuatro de la tarde, Isabela me llamó para confirmar si en verdad volvería y le dije que sí, no dejaría a ese chico así por así mientras pudiera tenerlo. Paré un taxi y le indiqué dos cuadras antes del grifo, quería caminar algo y estar más tranquila. El tráfico estaba tranquilo, llegué rapidísimo y llamé a Isabela, la vería en el parque pero a Gabriel lo vería antes, me bajé y ya me temblaban las manos. Saqué un cigarrillo, solo uno me calmaría- seguí caminado y rápido – lo vi de lejos sentado tomando una Coca Cola cuando no pude dar un paso más, había una chica sentada ahí con él. Saqué valor para caminar y ver mejor, cuando él se paró, la jaló de la mano, y la besó…
Ya se deben imaginar lo demás, no puedo negar que no lloré. Ahí me detuvo el tiempo y el miedo me hablaron en el silencio, el engaño a mi visión pero la razón le gano a todo lo que soñé en la noche anterior. Ahora que recuerdo a Gabriel, siempre guardó silencio y ni la música acompaña mis pensamientos, quizás era más cómodo vivir engañada por no regresar pero pasó y a pesar que fue hace dos años, a pesar de que fue un beso, unas cuantas palabras, el sabor de la mentira descubierta y el engaño consumado siempre dolerá aunque sea un poco cada vez que lo vuelvo a pensar.
Ayer vi a Gabriel, esta vez fue en Angamos. Estaba regresando de la universidad y me tocó la luna del auto. No hice nada, no volteé y a pesar de tener el semáforo en rojo aceleré lo más veloz que pude y gracias al cielo no se me cruzó nada ni nadie en el camino.
lunes, 15 de agosto de 2011
Nada en común: Después de dos años
Este blog simboliza para mí, un portal hacia todas mis dimensiones. Darme cuenta que aquellos personajes que viven en mi interior, pueden formar historias que cautiven a un lector viajero, es fascinante. He aprendido mucho de cada post y comentario. Una experiencia de otro mundo, orgásmica.
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A veces me cuestiono: ¿por qué escribo? ¿Para qué escribo? O, tal vez, ¿para quién escribo? Raro en mí pero hay muchas cosas que hoy no tienen una explicación. Pasa, y con frecuencia.
De lo único que estoy seguro es que me gusta hacerlo. Escaparme (por momentos) de la realidad y vivir en la ficción paralela a mi vida que suelo crear. Jugar con los pensamientos, confusiones, sentimientos, eso, sentimientos.
Son dos años que lo llevo haciendo y espero que todo continúe por el mismo rumbo, desconocido pero fascinante.
Agradezco infinitamente a todas las personas que semana tras semana visitan y comparten nuestras historias, y más aún a las grandes personas que hacen que este blog siga creciendo. Sin embargo, aunque no lo parezca, no tenemos Nada en Común.
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Escribir es una manera de conocerse así mismo, es deslizar los pensamientos y sentirlos con el olfato, con el tacto y con la respiración. Saber que la mente y los dedos pueden dar vida a historias y a diminutas letras sincronizadas con el simple despegar de la mente y la imaginación que se dejan plegar de una armonía y dirección tan inexplicable que sin duda causan las sensaciones más orgásmicas y placenteras.
Sí, escribir es hacer catarsis con un papel o con un soporte que se deje manipular por el aletear de la memoria y el volar de las neuronas en equilibrio y en desequilibrio. Es explorarse a pocos, violentar los muros de la realidad, manipular tus sentidos y vivir de a pocos. Eso es escribir y que mejor si de cuando en cuando tenemos nada en común para decir, que se vengan muchos años más.
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O muy de noche o muy temprano, jamás al mediodía o en la tarde. Me siento en la PC que la mayoría de veces está frente a una ventana, pongo música, una taza de café, me abrigo – ahora que hace frio – y mis dedos empiezan a disparar el teclado.
Salgo de tedio, de la mustia, de la rutina y empiezo a crear, a escribir. Porque si tú respiras, entonces yo escribo y sin darme cuenta, terminaré escribiendo para ti.
Encuentros imaginarios, historias que alguna vez me contaron, que escuché por casualidad, mentiras, verdades, ficción, realidad, algo de mí, algo de ti, insights, o nada en común.
Ese será mi secreto. Ese será nuestro secreto.
Escribir en NADA EN COMÚN es contar historias que aún no conoces, ¿o de repente sí?
Historias que probablemente yo también termine desconociendo.
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Nada en común
jueves, 11 de agosto de 2011
Dos pá ti
Que no se depierte,
para que no se la lleve la muerteque siga dormida la niña,
para aromatizarla con lirios frescos de mediodía.
Que permanezca dormida,
quedito a este soplo de miel y de mar.
dormida así, para besarla en la frente.
Dormida, no la despierten,
que así se muestra con vida,
y así no se le hunda la brisa del alma.
Que no se despierte,
que se ve más linda dormida.
que no se despierte,
así no notará cuando me vaya.
Por ahí he sentido el aletear de luciérnagas opacas,
alumbrando un caudal de abrazos sumisos,
que atrapan, que engañan, que asfixian y que matan.
En medio de su aleteo sincronizado,
aterrizo en esta batalla campal y me he reflejado sin sonrisa y sin
prisa, sólo con un sabor a nostalgia que corroe miles de
recuerdos, cientos de distancias despejadas y aisladas.
Anacoreta, te has ido por rutas foráneas y desiertas,
yo me he quedado en mi circunstancia,
de aquí no me mueve nadie y eso destiñe.
Nadie te busca, por eso nadie te encuentra y eso cansa, eso arrastra.
Jenny Salazar
martes, 9 de agosto de 2011
Papá/ Mamá, estoy embarazada.
No hay una solución legal, ética, práctica y las cosas no sé podrán arreglar jamás ni volverán a ser las mismas. La verdad, es que tengo miedo.
Estoy pasando por algo que ellos no se imaginan, hice algo que jamás me prohibieron pero tampoco me dijeron que haga y no sé qué hacer.
Primero trato de pensar en situaciones extremas. Tal vez si estoy a punto de morir me perdonen ¿no? No es tan mala idea, pero soy muy maricona para jugar así con mi vida, tampoco es que quiera morir. He tratado un par de veces de rodar por las escaleras, pero solo rodé dos peldaños.
¿Huir? No, ni hablar, eso es tan común, mediocre y poco elegante. Eso se ve todos los días en las noticias… que vergüenza, que horrible. No, mejor pienso en otra cosa.
¿Cómo les dirías a tus padres que estás embarazada?
Hace tiempo vi en un reality que una adolescente gringa le escribía a su mama “estoy embarazada” por un mensaje de texto y no la mataron.
Ok, seré realista, tampoco es que me maten. Pero de hecho me odiarán, no imagino lo que me dirá mi padre, el siempre fue machista y orgulloso. Aun no sabe que la niña de sus ojos probablemente tenga un bebe.
A veces cuando él está en la sala leyendo imagino que me acerco y le digo “Hola papá, estoy embarazada”.
Tengo pesadillas todas las noches con esto, me estoy volviendo loca.
Quiero terminar con todo. Pero no encuentro la forma.
Siempre sueño que les digo la verdad, pero no recuerdo que es lo que pasa luego, pero me despierto repentinamente y tengo el corazón latiendo a mil y lo único que me pregunto luego es…
¿cómo le dirías a tus padres que estas embarazada?
miércoles, 3 de agosto de 2011
Buenos días dinosaurio / Buenas tardes tiburón
Sigue con tu camino, caminante perdido, las cartas que ayer escribiste fueron pulidas y maltratadas por las manos hermosas que alguna vez pensaste haber obtenido.
Sigue con tu camino, caminante y amante perdido, las holgazanerías de ayer murieron al ver que la vida giraba sin un eje fijo donde hacías relucir tu protagonismo falsamente construido.
Sigue con tu camino, enamorado caminante perdido, el capítulo inconcluso por fin llego a la realidad de los sueños que siempre odiaste pero hoy se presentan con formalidad.
Sigue con tu camino, camina y camina, caminante perdido, mañana crecerán las riendas que unen tu destino, casual y confuso, pero a fin de cuentas, sigue siendo tu destino.
¿Valdrá la pena seguir con mi camino?
(...)
Dile que te esperan los dinosaurios, están en la esquina, te buscan. Corre que se van.
Así pasa cuando sucede me dice, qué más da.
Al fin de todo, nunca es fácil respirar. Silencio /Respira.
Click Clack, no entienden.
Luces, más luces.
No es necesario que entiendas, que entiendan, a decir verdad mucho no importa, así te va. Respira. Respiro.
Si preguntan, no responderás ¿entiendes? Es inercia o mecánica, no sé.
Si no preguntas, si no preguntan, probablemente tampoco responderé, nuevamente es inercia o mecánica, yo qué sé.
Sí, complejo y complemento.
Chau.
Que te cuiden los dinosaurios que te esperan en la esquina.
(Me he muerto, dice el caminante)
Por si te hace falta: dejo todo el conglomerado de besos en mi cajón.
Sí, respira que respiro.
Ahora que lo pienso, mejor que también me lleven los dinosaurios, para no sentir.
- Jennyffer Salazar
lunes, 1 de agosto de 2011
Rojo: Un asesino vive en mí
- ¡Genial! Ya sé cómo hacerlo.
- De qué hablas. No entiendo a qué te refieres, me preguntó Paola, cansada. Su cuerpo desnudo era indescriptible. Toda una diosa griega.
- Nada en particular. Es solo que ya sé como matarte.
Siempre me tomo la delicadeza de pensar bien cada asesinato. Yo creo que es un tema que merece mucho respeto. No puedo matar a una persona de la misma forma en que lo hice con otra. ¡Qué lisura, carajo! Es un tema muy delicado…y muy placentero.
¿Cómo te vuelves un asesino? Esa es la gran pregunta. Yo creo que todo se basa en los estímulos. Hay ciertos acontecimientos que uno vive que pueden impulsar a ese tipo de conductas. En mi caso…que el hijo de puta de mi padrastro, violara a mi hermana. Fui testigo de ese acto y obligado a callar. Hasta que el demonio que vivía en mí, despertó.
Abril de rojo:
Eran las ocho de la noche de un sábado treinta de abril. Lo había meditado toda la semana. A mis diez años, estaba decidido a cortarle el sexo a mi padrastro y hacérselo comer.
Fui sutil. El dolor no siempre es la gracia clave.
1. Me aseguré de que mi madre y Silvana durmieran plácidamente.
2. Le puse unas píldoras para dormir a mi padrastro en su café.
3. Le robé al esposo de mi mamá su pistola, compañera de incontables hazañas policiales. Hubo un tiempo en que quería ser como él, hasta que me di cuenta de su miseria humana.
4. Le corté su miembro, lo puse en un plato. Lo desperté y antes de que hiciera un escándalo por su pérdida, lo apunté en la cara con el arma, le dije que si gritaba lo quemaba y lo obligué a que se comiera su inmunda pija.
5. No cumplí mi promesa de dejarlo con vida. Cuando terminó de cenar. Le disparé en la sien.
6. Huí de casa y nunca más volví.
No soy psicólogo ni psiquiatra para poder analizarme y darme cuenta de por qué continúo asesinando personas. Solo puedo decir que si no lo hago, no respiro, siento que me ahogo, que me falta el aire. Es mi droga. La morfina que alivia el dolor de mi alma. Escojo cuidadosamente a mis víctimas. Me he paseado por todo el mundo. Me dediqué una gran parte de mi vida a ser un sicario, pero ahora que ya he ahorrado bastante dinero, simplemente lo hago por placer. Rojo, ese es mi apodo. Siempre dejo una nota con mi firma en el cadáver de la víctima. Soy todo un caballero. De eso no cabe la menor duda.
Mis más sinceras disculpas, pero no pude evitar llevarme los ojos de su hija, señor Fernández. Realmente el color celeste que tenían, era único. Disfruté mucho hacerle el amor. No se preocupe, nunca la violenté, antes de que conociera mis verdaderas intenciones, se entregó a mí…Sí que era un monumento,me dejó exhausto la condenada. En fin. Otra vez mis disculpa.
Rojo
Esa fue la nota que dejé para el padre de Paola. Nunca conocí al gran Martín, pero por lo que me habló su hija, era un buen hombre. Quizá no debí revolcarme con su pequeña. Era bastante mayor para ella, treinta y cinco, diecisiete. Pero bueno. Son cosas que suceden.
Días después:
No hay nada mejor que Madrid. Volver a España me hace muy feliz. La última vez que estuve en esta ciudad, no tuve el tiempo de pensar en un asesinado de primera para Ignacio, mi mejor amigo del colegio. No lo veo desde que huí de mi casa. Él no sabe nada de mi existencia, pero por cosas de la vida, logré confirmar que radica aquí y que le gustan mucho los perros. Es veterinario.
¿Por qué lo quiero matar? Ok, me imagino que muchos se preguntarán eso. La respuesta es muy curiosa. Nunca he asesinado a alguien que me importe o que le tenga algo de cariño. Es tiempo de nuevas experiencias. Veamos cómo me va con esta.
Me demoré un mes en entrenar a dos perros de raza Doberman para que se vuelvan unos terribles come hombres. Un viernes me aseguré de entrar sin que él me viera a su consultorio, tranqué las puertas para que nadie pudiera entrar ni salir y les solté a las bestias. Se lo comieron vivo. No tuvieron la delicadeza de matarlo primero. Qué se puede esperar de un par de perros.
La nota que dejé junto a los restos de Ignacio, fue bastante interesante. La mejor que he hecho hasta el momento.
Pensé que me sentiría mal al asesinar a este gran hombre, pero no, mi pervertido sentir fue más fuerte que mis emociones del pasado. Sé que en algún momento las autoridades darán conmigo, y eso me agrada. Me gusta el peligro, saben. Es divertido. Hay personas que disfrutan mucho de la lectura, de hacer algún deporte, de escribir o hacer música…yo no. Mi hobby es un tanto especial, digamos que más rojo. Más yo.
Volverán a saber de mí. Quizá nos encontremos un día. Prometo matarte de una forma muy especial…única.
Rojo
Jhonnattan Arriola