Ambos ocultábamos nuestra desnudes en las sábanas de mi cama. Intenté no mirarla a los ojos, pero no pude evitar observar su semblante lleno de tristeza, desilusión y melancolía.
- No puedo creer que me hayas hecho esto, dijo Erika sin darme la cara, mostrando en su voz un tono quebrado.
No sabía qué responder, así que tan solo seguí fumando mi cigarrillo, sintiéndome como él, consumiéndome a la par.
He regresado al Perú después de un largo año, el cual lo pasé a duras penas en España, luchando por hacer mía una ciudad que no lo era. Se podría decir que huí, intentando encontrarme a mí mismo y dejar atrás mis conflictos internos. Toda mi vida me he preguntado ¿Quién soy realmente? A pesar de que he conocido siempre la respuesta, he preferido ocultármela, fingiendo que la confusión habita mi mente.
Cuando tomé la decisión de frenar mi carrera, tomarme un año sabático (ni tanto porque trabajé hasta limpiando platos en Madrid) fue porque sentí que ya lo había perdido todo, mis amigos, mi familia… Mi vida. Había peleado con medio mundo, incluso hasta llegué a creer que una que otra droga podría aliviar mi delirio. Pero afortunadamente, decidí regresar, y bueno, mi hermano organizó en casa una gran fiesta de año nuevo, el 2011 venía con fuerza. Aunque divagué en la idea de pasar el 31 en la madrugada durmiendo, al ver a todos mis viejos amigos que pensé que había perdido para siempre, no pude evitar unirme a la jarana.
Me sentía como el hijo prodigo, al parecer todos habían olvidado al Daniel del 2010, el que venía drogado a casa y que mandó al cacho a sus buenos compañeros para juntarse con los que solo lo arrastrarían a una vida de porquería. Pero sobre todo, Erika, la chica de grandes ojos verdes, mi amiga incondicional que me confesó su amor en el 2009, la cual rechacé en centenares de oportunidades como un mísero imbécil, se mostraba bastante cariñosa conmigo y no encontraba en ella ni siquiera un 0.1% de rencor. No merecía tanta suerte.
Antes de seguir, debo aclarar que hace un año que no pruebo droga alguna, que no hago ninguna locura y que he intentado solemnemente vivir en paz conmigo mismo, salir adelante. He regresado para empezar desde cero y vivir tranquilo con mi familia y amigos.
Bueno, volvamos a Erika. Como mencioné, no merecía su buena onda, pero de todos modos la disfruté. Recibí el 2011 con ella, mi familia y demás amigos, tomando unos tragos, bailando, viendo los juegos artificiales y contando relatos de antaño, reflexionando como es que el tiempo pasa tan rápido. Por su parte, mi buena amiga no dejaba de abrazarme y de exigirme que no deje de bailar ninguna sola pieza sin ella. No la desobedecí, me sentía muy a gusto a su lado, después de todo, siempre ha sido mi fiel consejera, la única persona que por lo menos ha intentado entenderme. Pero de igual modo, no he sido del todo honesto con Erika. Le oculto un gran secreto, el cual debo liberar, ya que si no lo hago, me asfixiaré en la soledad que afronta mi agonía.
A las tres de la mañana me despedí de todos los presentes y dije que me iría dormir. El viaje había sido largo y estaba exhausto. Naturalmente mis amigos y familiares me quisieron retener, pero tan solo Erika fue la que me siguió a mi habitación para pedirme por favor que no me apartara de su lado. En un instante pensé que el hecho que entrara a mi cuarto y misteriosamente nos empezáramos a besar y a quitar la ropa, fue el peor error de mi vida. Pero me doy cuenta que fue todo lo contrario, un buen instante para empezar el 2011. Y no lo digo por los minutos de sexo que tuvimos, sino por lo que estaría por venir.
Ya desnudos, después de habernos besado hasta el alma, ella exhausta me miró coqueta y dijo: “No puedo creer que sea tu primera vez. Eres todo un experto.”
Para todos los que me conocen yo nunca había tenido intimidad con alguna chica. A mis 22 años era todo un desastre con las mujeres, ya que supuestamente siempre fracasaba en el intento de formar una relación o algo similar.
Me tomé varios minutos para contestarle a Erika su alago sexual, ya que lo primero que hice al escucharla fue sacar un cigarrillo, prenderlo y empezarlo a fumar.
- Es mi primera vez con una mujer, expresé fríamente, dispuesto a todo con tal de liberarme.
Naturalmente me parecen lindas las mujeres y sé reconocer cuando una es muy hermosa, como en el caso de Erika. Pero toda mi vida, por más que lo he intentado ocultar, he sido y soy gay. He reprimido mis sentimientos por mucho tiempo, luchando conmigo mismo para cambiar, pensando equivocadamente que mi atracción por los hombres era un declive mental, una enfermedad. ¡Qué tonto he sido! Debí aceptarme como soy y hacer que los demás también lo hagan, las personas que realmente me quieren, sin duda lo harán. Aquí en Perú, una sociedad llena de tabús, no sentía la libertar para explorar mis inquietudes, pero en España, logré confirmar que realmente soy un hombre que le gustan los de su mismo sexo, que los puede llegar amar, y con ellos, solo con ellos, puede disfrutar de la vida.
Al llegar al Perú nuevamente, me sentí reprimido, culpable por todo lo que había vivido en Madrid, es por eso que estúpidamente decidí acostarme con Erika, forzándome a disfrutar el momento, a hacerme heterosexual a la fuerza. Pero fue inútil. He usado a mi mejor amiga y eso me hace un canalla. Soy consciente que quizá la pierda para siempre, sin embargo, ya no hay marcha atrás.
Erika prefirió no escuchar más detalles de mi confesión y apenas se vistió, se fue de mi habitación. Estoy seguro que pronto volveremos hablar y posiblemente me deje explicarle como me he estado sintiendo. Sin embargo, no queda la garantía que me perdone. Realmente me apena el hecho, pero debo seguir adelante, aunque es obvio que no me rendiré hasta volverle arrancar una sonrisa.
Adiós 2010 de hipocresías, este nuevo año debe ser propicio para empezar a vivir como lo merezco. Aunque me cause serios problemas, les confesaré a mi familia y amigos mi opción sexual. No me importan las consecuencias, ya que este 2011 lo empezaré como se debe. Me propongo a ser por primera vez yo mismo. No pienso obligarme más a aceptar una vida que no quiero mía.
¡Feliz año nuevo para todos! No importa que tan duro sea, no desperdiciemos más el tiempo ocultándonos, rigiéndonos en lo que para el mundo aparentemente es correcto. Si uno tiene un ideal, una forma de percibir la realidad, debe lucharla para hacerla veraz, no reprimirla por temer al rechazo. Que el 2011 sea el año de la verdad. Que el amor reine en sinceridad y sobre todo, que logremos poseer la paz interior que buscamos con tanto anhelo.
A penas terminé de fumarme un par de cigarrillos, me puse mi piyama y me eché a dormir. Dentro de unas horas me espera un día largo y emocionante. Desde el 1 de enero empezaré esta nueva vida. No ocultaré más a nadie y sobre todo a mí mismo… Quién soy en realidad.
Jhonnattan Arriola
- No puedo creer que me hayas hecho esto, dijo Erika sin darme la cara, mostrando en su voz un tono quebrado.
No sabía qué responder, así que tan solo seguí fumando mi cigarrillo, sintiéndome como él, consumiéndome a la par.
He regresado al Perú después de un largo año, el cual lo pasé a duras penas en España, luchando por hacer mía una ciudad que no lo era. Se podría decir que huí, intentando encontrarme a mí mismo y dejar atrás mis conflictos internos. Toda mi vida me he preguntado ¿Quién soy realmente? A pesar de que he conocido siempre la respuesta, he preferido ocultármela, fingiendo que la confusión habita mi mente.
Cuando tomé la decisión de frenar mi carrera, tomarme un año sabático (ni tanto porque trabajé hasta limpiando platos en Madrid) fue porque sentí que ya lo había perdido todo, mis amigos, mi familia… Mi vida. Había peleado con medio mundo, incluso hasta llegué a creer que una que otra droga podría aliviar mi delirio. Pero afortunadamente, decidí regresar, y bueno, mi hermano organizó en casa una gran fiesta de año nuevo, el 2011 venía con fuerza. Aunque divagué en la idea de pasar el 31 en la madrugada durmiendo, al ver a todos mis viejos amigos que pensé que había perdido para siempre, no pude evitar unirme a la jarana.
Me sentía como el hijo prodigo, al parecer todos habían olvidado al Daniel del 2010, el que venía drogado a casa y que mandó al cacho a sus buenos compañeros para juntarse con los que solo lo arrastrarían a una vida de porquería. Pero sobre todo, Erika, la chica de grandes ojos verdes, mi amiga incondicional que me confesó su amor en el 2009, la cual rechacé en centenares de oportunidades como un mísero imbécil, se mostraba bastante cariñosa conmigo y no encontraba en ella ni siquiera un 0.1% de rencor. No merecía tanta suerte.
Antes de seguir, debo aclarar que hace un año que no pruebo droga alguna, que no hago ninguna locura y que he intentado solemnemente vivir en paz conmigo mismo, salir adelante. He regresado para empezar desde cero y vivir tranquilo con mi familia y amigos.
Bueno, volvamos a Erika. Como mencioné, no merecía su buena onda, pero de todos modos la disfruté. Recibí el 2011 con ella, mi familia y demás amigos, tomando unos tragos, bailando, viendo los juegos artificiales y contando relatos de antaño, reflexionando como es que el tiempo pasa tan rápido. Por su parte, mi buena amiga no dejaba de abrazarme y de exigirme que no deje de bailar ninguna sola pieza sin ella. No la desobedecí, me sentía muy a gusto a su lado, después de todo, siempre ha sido mi fiel consejera, la única persona que por lo menos ha intentado entenderme. Pero de igual modo, no he sido del todo honesto con Erika. Le oculto un gran secreto, el cual debo liberar, ya que si no lo hago, me asfixiaré en la soledad que afronta mi agonía.
A las tres de la mañana me despedí de todos los presentes y dije que me iría dormir. El viaje había sido largo y estaba exhausto. Naturalmente mis amigos y familiares me quisieron retener, pero tan solo Erika fue la que me siguió a mi habitación para pedirme por favor que no me apartara de su lado. En un instante pensé que el hecho que entrara a mi cuarto y misteriosamente nos empezáramos a besar y a quitar la ropa, fue el peor error de mi vida. Pero me doy cuenta que fue todo lo contrario, un buen instante para empezar el 2011. Y no lo digo por los minutos de sexo que tuvimos, sino por lo que estaría por venir.
Ya desnudos, después de habernos besado hasta el alma, ella exhausta me miró coqueta y dijo: “No puedo creer que sea tu primera vez. Eres todo un experto.”
Para todos los que me conocen yo nunca había tenido intimidad con alguna chica. A mis 22 años era todo un desastre con las mujeres, ya que supuestamente siempre fracasaba en el intento de formar una relación o algo similar.
Me tomé varios minutos para contestarle a Erika su alago sexual, ya que lo primero que hice al escucharla fue sacar un cigarrillo, prenderlo y empezarlo a fumar.
- Es mi primera vez con una mujer, expresé fríamente, dispuesto a todo con tal de liberarme.
Naturalmente me parecen lindas las mujeres y sé reconocer cuando una es muy hermosa, como en el caso de Erika. Pero toda mi vida, por más que lo he intentado ocultar, he sido y soy gay. He reprimido mis sentimientos por mucho tiempo, luchando conmigo mismo para cambiar, pensando equivocadamente que mi atracción por los hombres era un declive mental, una enfermedad. ¡Qué tonto he sido! Debí aceptarme como soy y hacer que los demás también lo hagan, las personas que realmente me quieren, sin duda lo harán. Aquí en Perú, una sociedad llena de tabús, no sentía la libertar para explorar mis inquietudes, pero en España, logré confirmar que realmente soy un hombre que le gustan los de su mismo sexo, que los puede llegar amar, y con ellos, solo con ellos, puede disfrutar de la vida.
Al llegar al Perú nuevamente, me sentí reprimido, culpable por todo lo que había vivido en Madrid, es por eso que estúpidamente decidí acostarme con Erika, forzándome a disfrutar el momento, a hacerme heterosexual a la fuerza. Pero fue inútil. He usado a mi mejor amiga y eso me hace un canalla. Soy consciente que quizá la pierda para siempre, sin embargo, ya no hay marcha atrás.
Erika prefirió no escuchar más detalles de mi confesión y apenas se vistió, se fue de mi habitación. Estoy seguro que pronto volveremos hablar y posiblemente me deje explicarle como me he estado sintiendo. Sin embargo, no queda la garantía que me perdone. Realmente me apena el hecho, pero debo seguir adelante, aunque es obvio que no me rendiré hasta volverle arrancar una sonrisa.
Adiós 2010 de hipocresías, este nuevo año debe ser propicio para empezar a vivir como lo merezco. Aunque me cause serios problemas, les confesaré a mi familia y amigos mi opción sexual. No me importan las consecuencias, ya que este 2011 lo empezaré como se debe. Me propongo a ser por primera vez yo mismo. No pienso obligarme más a aceptar una vida que no quiero mía.
¡Feliz año nuevo para todos! No importa que tan duro sea, no desperdiciemos más el tiempo ocultándonos, rigiéndonos en lo que para el mundo aparentemente es correcto. Si uno tiene un ideal, una forma de percibir la realidad, debe lucharla para hacerla veraz, no reprimirla por temer al rechazo. Que el 2011 sea el año de la verdad. Que el amor reine en sinceridad y sobre todo, que logremos poseer la paz interior que buscamos con tanto anhelo.
A penas terminé de fumarme un par de cigarrillos, me puse mi piyama y me eché a dormir. Dentro de unas horas me espera un día largo y emocionante. Desde el 1 de enero empezaré esta nueva vida. No ocultaré más a nadie y sobre todo a mí mismo… Quién soy en realidad.
Jhonnattan Arriola
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