jueves, 3 de noviembre de 2011

La.Berunté



Estás en cada hoja de cuaderno, en cada suspiro profundo y dilatado, en mis martes ocupados, en mis acuarelas, en mis septiembres encandilados, estás en mi música, en mis temblores, en mis aires y en todos mis olores, así estás reclinado frente a mis pupilas, respirando a poquitos, hablando a quedito soplo pausado, desdibujándome la vida, robándote mis sonrisas y mis pensamientos despistados


La insistencia se ha vuelto la coherencia dilatada en este cúmulo de pensamientos vagabundos a sobremesa y sin necesidad de tener que explicarte mucho, sé que no siempre se puede tener las llaves de todas la puertas para salir corriendo cada vez que los fríos sean tan intensos que despejen de tu atmósfera las delgadas líneas de luz incandescente tornasol que se cuela por las rendijas de mis palabras y tu voz.

Párate frente a mí como antes, me has dicho, y probablemente ya no recuerde ni mi postura, ni la distancia focal entre mis pies torcidos y la torpeza de mis piernas largas contenidas a centímetros de mi cervical angosta y cansada, no voy por más, acabo de recoger mis extremidades, las que hemos dejado guardadas en los recuerdos que saben a dulce, en los respiros que saben a latidos y en los aleteos que se sienten a temblor.

Tradúcete en estas líneas, inconformes, desatinadas, ensimismadas en sendas escondidas, me has pedido y sé, que no hay mucho de cierto y sensato en esto que esbozas con un soplo quedo y sincero, porque tal vez nunca han entendido de dónde vengo y esta miseria de no esperanza se encierra en mi ausente no saberte presente.

Tan expuesta, en un alud de concreto, inmensidad hasta mil, abrigada y solitaria, detrás de mis muros tan delirantes y sin sentidos, así me siento y así me ves, así te siento y así te veo también. Descosida de a pocos, en un punto exacto y desatinado que me ha dejado varada en una disconformidad fortuita, discontinua, delirante, nauseabunda. (como todo)

Tú, tan materia blanca, sé que por ahí llegarán tus huéspedes aluviones.
Yo sé.

Llegarán. Llegaré.

Jennyffer Salazar







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