domingo, 6 de enero de 2013

Karma


Siempre, tarde o temprano. No existe el crimen perfecto, la deuda sin culpa, el favor sin paga. Siempre llega. Siempre. Tarde o temprano. Tarde o temprano.

Son las noches solitarias en las que uno por fin empieza a unir los pedacitos de basura que contornean nuestros recuerdos. Los actos, las pasiones, los romances, las palabras, las comas, los puntos finales.  Tu historia, mi historia, nuestra perfecta y estúpida historia.

Quizá tenga mucho alcohol en la cabeza y mucho tabaco en las venas, o viceversa (da igual). Quizá esté un poco loco, quizá mis dedos tengan vida propia, quizá mis lágrimas ya no salen de mis ojos y encontraron una mejor manera de por fin liberarse. No sé por qué hoy, lo pude haber hecho ayer, pero no, hoy era el día. Mis instintos lo exigían. Tenía ganas de gritar. Ganas de escuchar tus canciones. Ganas de perderme por un rato. Ganas de que mi vecino me grite por tirar las colillas de cigarros en su balcón. Ganas de que me den un abrazo. Ganas de que me acaricien. Ganas de que me digan: “Tranqi loco, todo será mejor cuando creas en ti”. Ganas de por fin, luego de un año dedicarte mis letras.

Hola, hay unas cuantas cosas que no te he contado de mí. No creo que sean todas, pero gracias a los mensajes de mi antiguo celular volvieron a mí. Tantas canalladas. Tantas pero tantas. Como la vez que cambié la fecha de mi regreso para que Lucía no me viera a mi llegada al aeropuerto con mi nueva enamorada. O cuando me encamé con mi compañera de cuarto quien era la enamorada de dos años y medio de mi mejor amigo. Tal vez nunca debí hacer público mi beso con la prima de mi enamorada el día de su cumpleaños.  Quizá todo empezó cuando inicié la relación con Mariana solo para que me presente a su amiga francesa que viviría con ella durante seis meses. O los jugueteos con Silvia antes de llevarla a su boda a causa de un niño en camino.

Esto no se trata de pedir una amnistía escrita. No se trata de arrepentimiento. No se trata de nada en realidad. Para mí, todo ahora es nada. Tú te encargaste de ese pequeño detalle en mi vida. De hacerme pagar por estos y quizá otras más bajezas que mi mente se niega a recordar.

Encontrarte con mi medio hermano en la hacienda de los abuelos el día de mi cumpleaños fue tu mejor regalo que no incluía una tarjeta. Una pincelada fina y profunda grabada en mi pecho.  Pues la vida es así, siempre, tarde o temprano. No existe el crimen perfecto, la deuda sin culpa, el favor sin paga. Siempre llega. Siempre. Tarde o temprano. Tarde o temprano.












2 comentarios:

  1. siempre lo dije, karma es karma y existe

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  2. Por ello se dice que el mundo da vueltas...

    Besos mentales.

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