domingo, 21 de marzo de 2010

Enséñame a ser normal

Aún recuerdo los días que pasaron pero que – quiero creer - quedaron grabados en mi mente, quizá, eternamente.

Empezamos, así, como si nada. – Oe, ¿viste al cobrador ese? Pucha que tiene poderes que nunca había imaginado. – Jaja, lo sé lo sé, ¿por qué no haces tu trabajo final sobre el Transporte Público en Lima?

Una amistad que nació a partir de un viaje de 55 minutos en un conocido bus local. Ambos, burlándonos de todo, del joven que quería pagar su medio pasaje con su carné de postulante, de la chica que seducía al cobrador para no pagar pasaje, y de las maravillas del sujeto que grita ¡Pasaje, pasaje! en su intento de cobrar el traslado de las personas. Así te conocí.

Pasamos momentos inolvidables. Comprábamos tragos de todo tipo: de 4, 5, 6 soles, no importaba, en nuestra mente solo analizábamos como una amistad surgió así de repente, sin que nadie lo pidiera ni obligara.

Pero en qué cabeza cabía que algún día todo se iría a la basura. ¿Cómo? Hasta ahora busca la respuesta y sufro para encontrarla. Llevo conmigo, hasta ahora, ese peso.

Quienes nos rodean día tras día nos cuestionan: Pero puta huevón, si eran tan amigos, ¿qué paso? Ayúdame a responder. Apuesto a que ni tú lo sabes.

Quizá fueron celos, tal vez escuchaste palabras que nunca salieron de mi boca, probablemente fue la falta de comunicación, o quién sabe, simplemente viste en mí algo que nunca demostré.

Vivimos más de un año sintiendo rencor, nos mirábamos y no nos reconocíamos. Hablábamos y no nos entendíamos. Sonreíamos, pero no reíamos. Nos dábamos la mano, pero no teníamos contacto. Éramos un par de desconocidos qué sabían muy bien la vida del otro.

Ambos teníamos claro que ya todo había terminado, mi orgullo y el tuyo podían más que nuestras voluntades. Ninguno de los dos hacíamos ni el menor esfuerzo para arreglar algo que lo dábamos por perdido.

Pero esa historia de la noche a la mañana dio un giro inesperado. Mientras revisaba mi correo electrónico, como todas las noches, vi un mensaje en el cual alguien me pedía disculpas. Eras tú maricón, eras tú. Sin embargo, dudé en responder. ¿Valdría la pena? Aunque por mi mente solo pasaba la interrogante de por qué te disculpabas. ¿Qué fue lo que te impulsó hacerlo?

Te respondí. Entre bromas y recuerdos hubo una cuasi reconciliación, surgió una amistad virtual, por eso mismo dudaba en que fuera verdad. Total, en aquel momento podríamos ser los mejores amigos pero al día siguiente, al cruzarnos, ¿qué pasaría? Era más que obvio. Al día siguiente éramos los mismos idiotas con sentimientos reprimidos. Ambos nos ignorábamos.

Me invitaron a una reunión, cualquier escusa es buena para tomar un trago. Como en su momento ambos pertenecimos al mismo grupo de amigos, era casi evidente que me lo encontrase ahí, y mi instinto no falló.

Estabas fumando parado como siempre, compartíamos el mismo trago, el mismo vaso, el mismo encendedor, y quizá el mismo pensamiento. Sabía que querías hablar conmigo pero yo no te lo diría.

Luego de varias combinaciones extrañas, me dijiste: -Ya ven mierda, quiero decirte algo. Muy obediente yo, te seguí.

Abriste muy ampliamente tu corazón y me permitió comprender lo que significa la amistad. En tan pocos minutos de conversación me hiciste recordar cada momento que compartimos juntos. ¡Fuck! Eres un huevón. Y fue por eso que te di un golpe, tal vez haya sido sin motivo lógico, pero tuve la necesidad de hacerlo.

Pero nuevamente me hice a la idea de que todo quedará en ese momento. Es que simplemente pienso que nos podemos amistar mil veces, pero al salir el sol nuestros cerebros son reprogramados para odiarnos nuevamente. ¿Qué pasa con nosotros? Por qué no podemos sobrellevarlo y listo, fin del problema. Por qué no podemos vivir como normales, hablarnos como normales, o saludarnos como normales.

Pero hoy, no quiero una amistad normal. ¿Será mucho pedir una amistad un poco anormal pero para siempre?

Es que simplemente, nosotros no somos normales. Somos amigos un poco cobardes.

EB

4 comentarios:

  1. yo puedo ser tu amiga =D

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  2. Es que simplemente, nosotros no somos normales. Somos amigos un poco cobardes.
    genial!!!!

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  3. que es la normalidad y anormalidad, de que hablamos cuando decimos esto, normal o anormal la amistad es una belleza normal o anomalmente.

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  4. Lo anormal es mas interesante que lo normal sera x eso que talvez nos atrae más lo anormal??
    muy buena la historia:D

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