domingo, 11 de julio de 2010

Jugando a ser novios

Autora invitada: Meli Vásquez

Después de tanto tiempo... la movilidad de colegio pasó por tu casa, como es y será todos los días hasta que acabe el año. Tú estabas parado allí, afuera, y luego de casi dos meses volvimos a cruzar miradas, aquellas miradas que no son ni volverán a ser las mismas de antes. Porque todas aquellas que en las que te expresaba algo más que mis ganas de decir “hola”, se acabaron junto con las esperanzas que albergaba de llegar a ser, por lo menos, tu amiga.

Hasta ahora no sé ni me explico cómo fue acepte jugar a los novios contigo; a ser la enamorada falsa, la que nunca existió para ti, la que solamente para aparentar. Para aparentar que la olvidaste, que olvidaste a aquella que marcó muchos años de tu vida, la que nunca supo valorar todo el amor incondicional que le brindaste, aquella que solo te describió como un lindo pasatiempo y a la que, estoy segura, aún sigues queriendo.

Pero aunque cueste, y mucho, es hora de dejarte. No puedo - ni quiero -negar que siempre quedaran en mi todas aquellas llamadas y mensajes, porque algunos no lograrán desaparecer de mi memoria tan fácilmente; todos los “te quiero”, y todo, absolutamente todo lo que no sentías. No será fácil olvidar todas aquellas cosas que no debiste hacer ni decir, pues fuera del colegio, no era necesario seguir fingiendo.

Sin embargo, tú seguiste jugando, y yo, tu juguete favorito – pero desechable – seguí cayendo, sin saber lo que dolía cuando finalmente tocabas fondo. Y así fue como pocoa poco te fui queriendo de una manera diferente, y bonita, como si quisiera descubrirte, como mi persona especial.

Mensajes y canciones, todo era para ella. Y hoy cuando las escucho te recuerdo y vienen a mí, aquellos momentos en los que decidí ignorar su recuerdo en ti y seguir creyendo que todo con ella había acabado para siempre.

“Chau gordita, cuídate”. Así te despediste dándome un beso en la frente, sin saber que serían las últimas palabras que cruzaríamos personalmente y el último beso… Nos sentí diferentes, sabía que no eras el mismo, y también yo me sentía rara. Era como el presagio de un final de una historia, de nuestra historia, que acabaría con la clausura del año.

Finalmente, no todo fue tan malo. Debo agradecerte por todas las sonrisas que lograste sacar de mí; pero al mismo tiempo me muero por reprocharte por el creciente número de lágrimas que generas con tu recuerdo, que demuestran que mi ayuda se acabó sin darme cuenta, y que eso ahora es culpa solo mía.

Las sonrisas y las palabras se acabaron. Y ahora, no hay nada que pueda hacer. Mi única salida es enfrentarme a la realidad, porque sé que todo tiene una razón y que las cosas siempre, y sin excepción, pasan por algo; y aunque no esté para nada convencida de mi decisión, espero poder dentro de poco afirmar, no por ti , por mí, que “lo mejor llega al final”...

No sé si sea el momento adecuado o las circunstancias correctas, pero creo que es necesario que me saque esto del pecho. Necesito que sepas que TE QUIERO... Y MUCHO.

1 comentario:

  1. me encaaantoo sabes? desde que lo lei me encanto TE QUIERO Y MUCHO GORDITA

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