martes, 29 de mayo de 2012

El hombre de mi vida

- Te amo…

- Yo también, compadre. Eres como un hermano para mí.

Había tenido una semana muy difícil. Sentía que la cabeza me iba a explotar, pero felizmente  logré juntarme con Julián y armarla en grande. Un ron, una conversación fabulosa y mil carcajadas de por medio. No podía pasar mejor la noche del viernes que compartiendo con mi mejor amigo.

- No, no es así. ¡No entiendes ni mierda!, exclamó de pronto Julián, con lágrimas en los ojos.

- ¿Qué te pasa, huevón?, pregunté desconcertado, dejando a un lado mi vaso de ron.

- Te amo de verdad. Ya no puedo callarlo más.  ¡Estoy enamorado de ti  desde hace mucho!


Julián

“Perfección. Los hombres de la especie de Julián se han extinguido. Él es el único representante que queda sobre la faz de la tierra” – Rocío Marín. 

Debo confesar que comparto al cien por ciento la opinión de Rocío, la última ex enamorada de mi buen amigo. No he conocido persona más sincera, noble, respetuosa, sensible, que Julián. Siempre ha estado allí para apoyarme, llenarme de sus sabios consejos y guiarme hacia el mejor camino. Definitivamente es un ser admirable.

Nunca voy a olvidar la vez en que Julián me acogió por dos meses en su departamento, cuando mi padre me botó de la casa después de haber descubierto que me drogaba. Andaba por un pésimo camino. Sentía una terrible ansiedad por la marihuana. No la podía dejar. Y cuando quise intentarlo, viví el infierno. Cada segundo que pasaba sin fumar hierba, sentía como si me taladraran el cráneo. Un dolor descomunal que no me dejaba dormir. Días en vela, sudando frío y gritando de desesperación. Pero ahí estaba Julián. Nunca dejó que me llevaran a un centro de rehabilitación. El confiaba en mí. Y no lo defraudé. Logré salir de la oscuridad y encontrar la luz de mi sendero. Ahora, a mis veintitrés años, he formado mi propia empresa de software de gestión empresarial,  y me va muy bien. Le debo mucho a mi gran amigo.

Sin embargo, a pesar de considerarlo un ángel y quererlo muchísimo, ayer lo traté horrible. Lo hice sentir una basura. Lo humillé y hasta  lo golpeé. No sabía cómo manejar la situación. ¿Qué harían  si su mejor amigo los intenta besar y les confiesa su amor? Créanme que no es tarea sencilla. Y más aún para una persona como yo, que hasta hace unas horas, era un estúpido homofóbico. 

- ¿Puedo pasar?

La voz de mi hermana tocando levemente mi puerta, me despertó del trance depresivo y meditabundo en el que me encontraba.

- Sí, fea.

- No iré con rodeos, mongo… sé lo que pasó ayer con Julián.

Mi hermana es un caso. Simplemente es un personaje extraterrestre. (En realidad lo más adecuado sería compararla con un ángel, pero no sé por qué no me salen con facilidad los calificativos cariñosos. Soy un pesado con un alto síndrome de estupidez). Por otro lado, debo reconocer, que a pesar de que Camila es menor que yo, ha tomado las riendas de la casa en su totalidad. Ella es el amo y señor. Y aunque a veces me fastidie que intente comportarse como mi madre, me siento muy orgulloso de ella. Hace cinco años que mamá falleció. A toda mi familia nos afectó muchísimo esa cruda realidad, pero ella fue la que lo llevó de la mejor manera. Con mucha fortaleza y madurez.  Si no fuera por mi hermana, mi padre y yo, nos hubiésemos terminado asesinando. No hubiésemos sobrevivido. Dos hombres acostumbrados a los mimos de una misma mujer, jamás se la hubiesen arreglado para salir adelante. Gracias a Dios, Camila estuvo allí para rescatarnos. Ella fue la pieza clave para que mi padre me dejase regresar a casa.

- ¿Y cómo te enteraste?, pregunté desconcertado.

- No seas cojudo, hermanito. Con el escándalo que hiciste, cómo quieres que no haya salido a curiosear. Agradece que el sueño de papá es bien pesado, porque si no, ahí si se prendía la bomba…Ay, Renato, prácticamente botaste a Julián de la casa a patadas. Y no pienso repetir cómo lo llamaste porque me parece totalmente inconsciente de tu parte…

- Le dije maricón. Rosquete. Cabro de m…

- ¡Cállate, estúpido!  No te das cuenta de lo que hablas. El siempre ha sido como un hermano para ti.

El simple hecho de contemplar la mirada felina de mi hermana, hizo que se me ponga la piel de gallina. Me tapé el rostro con las manos y empecé a mover la cabeza levemente.

- Tienes razón, Camila. Yo sé que me he portado como un patán. Es que no lo podía soportar. Siempre lo he visto como un hermano, un ejemplo de hombre. Incluso ha estado con chicas muy simpáticas, era la envidia de todos en la Universidad. Sus flacas eran de infarto. Siempre le pedía consejos para abordar a una chica, y en la mayoría, eran de mucha efectividad.

- Todo era mentira. Siempre ha querido hacerte creer que era el disque hombre perfecto. El súper galán, pero no. Te apuesto que fingía todo el tiempo para poder estar cerca de ti. Pobre, me imagino cómo debe de haber sufrido. Y qué decir ahora, que lo trataste como una basura. No sabes lo difícil que debe ser para él. Y en vez de apoyarlo, lo tratas como si fuera un apestado. Un enfermo de una peste contagiosa. Le has roto el corazón.

Las sinceras palabras de mi hermana, calaron mi alma. He sido un perfecto imbécil. Un cerdo insensible.

- ¿Y ahora qué puedo hacer?, expresé, mirando fijamente a Camila.

Mi hermana sonrió al escucharme, y dijo:

- Tengo una idea…

Renato y Julián

Su mirada se derritió como un hielo frente al sol. Apenas me vio, empezó a llorar sin cesar.  Le sonreí y empecé a acercarme más a él.

- Son para ti, le dije, entregándole las doce rosas que le había comprado.

Julián aceptó mi obsequio, las apretó con ternura y las olió con emoción.

- No entiendo nada, Renato. Pensé que jamás volverías a hablarme, expresó Julián, mirándome fijamente. 

Al contemplar el rostro de mi amigo, pude darme cuenta del gran moretón que le había dejado mi golpe, en su pómulo izquierdo para ser más exacto.

- Ayer me comporté como un idiota contigo, Julián. Estaba tomado y me dejé llevar por mi inmadurez. Si bien es cierto lo que me dijiste me tomó por sorpresa, no era para que reaccione de esa manera, como un cretino. Sabes que mi alternativa sexual no es igual que la tuya, y eso impide totalmente que algo entre los dos pueda pasar, más allá de una bonita amistad. Pero debo decirte que eres como un hermano para mí… y quiero que lo siga siendo… Julián, en pocas palabras he venido a decirte que eres el hombre de mi vida. Sé que no te correspondo en sentimiento, pero te admiro y te quiero muchísimo. Créeme, sería un privilegio estar enamorado de ti. Y si me gustaran los hombres, serías mi primer candidato. No sé si lo que estoy diciendo ayude mucho a hacerte sentir mejor, pero he venido a pedirte unas sinceras disculpas. Esto que ha sucedido no tiene por qué separarnos, sino unirnos más. Eres mi mejor amigo. Por mi parte, nada va a cambiar entre los dos. Salvo que ahora te conozco mejor, y no me espanta. Me siento feliz que por fin hayas sido sincero conmigo.

Julián agachó la mirada. Después de unos segundos de silencio, volvió a centrarla en mí.

- No es tan fácil como piensas, Renato. De verdad estoy enamorado de ti. Siempre lo he estado. Me alegra mucho que las cosas entre los dos no hayan acabado mal…pero de igual manera necesito tomarme mi tiempo. Debo reorganizar mi vida. Asimilar que tú y yo seremos solamente amigos. Confesarles a mis padres la verdad y dejar de fingir que soy un conquistador de mujeres, cuando en realidad, no lo soy en lo absoluto…Gracias por las flores, no esperaba menos de ti.

Ambos sonreímos y nos dimos un fuerte abrazo. Sabíamos que el camino no iba a ser sencillo,  pero nos esforzaríamos para volverlo mejor. He comprendido que el amor es un sentimiento libre y sin fronteras. Solamente los que lo conocen, pueden respetarlo en su totalidad. 

Jhonnattan Arriola Rojas


7 comentarios:

  1. Bravo!! Ése es un tema muy delicado, y a la vez fuerte, pero es agradable que haya gente que sepa reaccionar a tiempo, tratando el asunto con tacto, dándole otra oportunidad a la amistad...

    Besos mentales.

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    1. Muchas gracias por el comentario, Belleza Negativa. Sí pues, tienes mucha razón al mencionar que es un tema delicado. Pero bueno, felizmente Renato reaccionó a tiempo. El amor es un sentimiento libre y hay que saber respetarlo. Muchas gracias.

      Jhonnattan Arriola

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      Un abrazo,

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