domingo, 26 de junio de 2011

La última canción

Hoy es un día de aquellos en los que me pongo a filosofar sin ni siquiera saber qué es lo que significa.

Intento componer la melodía difusa de la vida mientras mis dedos marcan los trastes de mi guitarra. Y es cuando canto que las palabras afloran lo que nunca dije al quedarme inmóvil al medio del camino.

- Cántame una canción – me dijo.

Suelo componer canciones cuando estoy deprimido, y la verdad, lo hago todos los días. Me encanta echarme a volar a la deriva mientras el presente sigue en el mismo rincón sufriendo. Rasgueo las afinadas cuerdas de mi compañera mientras las lágrimas mojan mis mejillas.

La llamaba todos los días porque me encantaba escuchar su risa cuando conversábamos de temas sin sentido alguno. Esa era nuestra rutina. Cada noche a las 10:45, reservábamos un mundo donde ambos echados en nuestras camas hacíamos un divertido resumen de lo acontecido en el día. Y al culminar, rasgueaba mi guitarra y le cantaba una canción. La que sea, a ella le gustaba escuchar y cada noche era un a canción nueva. El simple hecho de que ella esté del otro lado disfrutando, hacía que las palabras fluyan de tal manera que parecían que no tenían fin.

Recuerdo a la perfección las tres horas que pasé en un parque de San Isidro pensando en ella, haciendo una canción donde cada estrofa llevaba su nombre. Nunca supe en realidad lo que sentía por ella, éramos amigos pero existía un vínculo muy fuerte. Si no era amor, era algo muy parecido.

10:45 pm

Tomé mi celular y en el registro de últimas llamadas encontré su nombre. Presioné llamar pero nadie respondió. Tuve una sensación extraña pero seguí intentando, aunque no tuve resultado alguno. Luego de diez llamadas perdidas decidí dejar mi celular y mirar el mar mientras que la rabia y frustración iba carcomiendo poco a poco mis sentimientos.

Una hora y media más tarde, el vibrador de mi celular me alertaba que tenía una llamada entrante. Era ella. Por más resentido o molesto que pude haber estado, ver la pantalla de mi celular con su nombre en ella generaba una emoción única y mis ojos brillaban.

-¿Aló?

- ¡¡¡¡Perdón!!!!

- Me asusté, es bastante el tiempo que venimos haciendo esto… pero no importa – le dije con voz tierna y suave.

- Sí, lo sé, discúlpame en verdad.

- ¿Y qué pasó, por qué no contestabas?

- Lo que pasa es que estuve todo el rato con Daniel en mi sala y mi celular estaba en silencio.

- ¿Daniel? – le pregunté sorprendido.

- ¡Sí! Es que no te conté porque todavía no era nada seguro… Es un chico de mi trabajo con el que salía almorzar todos los días, a veces regresábamos juntos. Y… Bueno ayer me dijo para ser su enamorada y le dije que sí.

No podía sostener el celular.

- ¿Le dijiste que sí?

- Sí… creo que ya es hora ¿no?

Y me hundí. Estaba perdido en el subsuelo de mis emociones y seguía cayendo.

- Oye, ya es muy tarde y mañana tengo que trabajar. ¿Me cantas una canción? – Me preguntó.


- Claro…

Alejé el celular de mi oreja, lo miré fijamente y colgué llorando.

Tomé mi guitarra y empecé a cantar.

Una y otra vez, la misma melodía, la misma tonada, la misma inspiración. Y los papeles anotados con extrañas palabras vuelan junto al viento persiguiendo mis anhelos.

Te quiero.

7 comentarios:

  1. los problemas que se arman cuando no se esta bien definida los limites de la amistad: mientras el empezaba a verla mas que una amiga, ella lo veia como el mejor amigo a quien podria contarle todo, pero nada mas. buen recordatorio de no hacerse ilusiones antes de tiempo. saludos.

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  2. tú lo has dicho mi querido ludobit... es algo muy complejo el tema de los mejores amigos, siempre los sentimientos se dirigen a rumbos distintos... gracias por tu comentario!

    EB

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  3. imagina como estuve yo cuando la escribí... muchas gracias por tu comentario

    EB

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  4. Una de las mejores relatos que he leído desde que sigo tu blog, sinceramente vivo enamorada de tus historias y de la forma que hacemos que sintamos lo que tu sientes al momento de escribirlas.
    Un fuerte abrazo, espero algún día hablar contigo.

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  5. Gracias mi querida anónimo, la verdad nunca esperé un comentario como el tuyo, me siento halagado =)
    Espero también que podamos hablar algún día, nos encuentras en nuestra página de Facebook. Espero que continúes siguiendo el blog. Otro abrazo para ti!
    EB

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  6. te miro, te leo, te observo, te descubro, te quiero.
    Sé perfectamente para quien va este texto, y lamento que eso haya sucedido aunque no de la misma manera que la contaste.
    Vales mucho, sabes?

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